miércoles, 12 de julio de 2023

MORAL SEXUAL Y DE LA FAMILIA DESDE UNA PERSPECTIVA CRISTIANA RESPONSABLE

 


Voy a hablar desde mi posición de creyente en Cristo y seguidora del evangelio.  No voy a tocar temas que para la mayoría de personas pensantes, que afortunadamente son las más, son cosas obvias. En particular  no abordaré el tema del aborto provocado puesto que es evidente que es una desgracia que habría que erradicar y no promover como pretenden ciertos movimientos.  Tampoco defenderé algo muy claro para el sentido común,  que los hombres son hombres y las mujeres mujeres y no existe eso que han dado en llamar sexo fluído. Que transicionar o dar hormonas a los niños es una barbaridad. Esas cosas para mí se caen de su peso y no es necesario entrar a argumentarlas. Incluso desde un ángulo científico y humanista son cosas obvias y solo restaría por preguntarnos ¿Cómo pueden tantos dejarse convencer de que lo negro es blanco y de que los blanco es negro?

Pero hay otros temas relacionados con la respuesta a preguntas sobre quienes somos, cómo queremos vivir y sobre todo sobre qué hacer en circunstancias que no encajan en el ideal de vida que se propone desde el ideario cristiano.

El actuar moral del cristiano es obrar a imitación de Cristo, él es nuestra luz y guía. Sin embargo, esta declaración es demasiado amplia y abre un amplio espectro de posibilidades a la conciencia. Objetivamente, la experiencia de Cristo estuvo limitada a una época histórica y a una cultura particular. Incluso el Jesús que nos muestran los evangelios tiene una edad muy específica, es soltero y obviamente pertenece a un género determinado, el masculino. Entonces, es difícil discernir hoy día lo qué haría Jesús en caso de ser mujer y estar en x o y circunstancia, seguramente muy ajena a las realidades del hace 20 siglos en Palestina.

Dios nos dio libertad, ¿para qué?, para que colaboráramos en su obra creadora, para que fuéramos sus interlocutores y sus amigos… De esta manera el hombre ha creado cosas que no existían antes: artefactos tecnológicas como los aviones, la luz eléctrica, el internet… y realidades humanas nuevas como la mujer en el mundo del trabajo y de la creación artística y cultural. Son hechos de algún modo imprevistos, novedades que el ser humano ha aportado al universo.  Estas realidades implican unas nuevas leyes morales. Una nueva manera de ser Jesús hoy día.

Ahora, pensando en las orientaciones morales de la encíclica Humanae Vitae y del catecismo de la Iglesia Católica y demás documentos de la iglesia al respecto de la sexualidad y la familia,  pienso que son orientaciones que no van con la época y por lo tanto no resultan de ayuda ante la pregunta de cómo actuaría Jesús ante las circunstancias actuales, en caso de ser habitante de una gran ciudad, presentador de noticias o influenciador, mujer científica, deportista homosexual, adolescente en crisis existencial,  adulto mayor en un geriátrico, enfermo terminal, etc.

Para que una determinada normativa resulte una guía eficaz y las personas quieran seguirla y la asuman con autonomía de razón, esta normativa debe ser reconocida como lógica y razonable por sí misma y no por vía de autoridad. Debe ser considerada también como una norma práctica y útil en la vida corriente y no como algo extraordinario o heroico.  Entonces, cuando la iglesia propone unas normas de conducta que no son reconocidas como lógicas, razonables y posibles de seguir, la única forma de seguirlas es con la actitud de la obediencia. Pero esto reduce al hombre a la condición de menor de edad… muy pocos quieren regresar a ese estado, y las mujeres menos que los hombres.

Lo que ha ocurrido es una desacreditación de la misma iglesia y de su labor pastoral y de guía de las conciencias. La pérdida de autoridad de la iglesia es palpable y muy poca gente toma en serio sus predicamentos en esta materia y menos que nadie las instancias de poder y de gobierno.

Hay que tener en cuenta que la mayor revolución cultural de la historia ocurrió precisamente a mediados del siglo XX y fue la revolución sexual disparada por la aparición de la píldora anticonceptiva que liberó a la mujer de la maternidad obligada y le permitió acceder al mundo del trabajo y de la creación de conocimiento y cultura y a la política, en condiciones casi iguales a las de los varones. Esta revolución no ha hecho sino comenzar y nos llevará mucho más lejos de lo que hoy estamos en condiciones de avizorar.

Para ver hasta qué punto ha llegado la confusión mundial a propósito de estas materias hay que ver el documental de Matt Walsh : What is a woman? 

Bueno, pero a propósito,  ¿Qué es un ser humano? ... Será cierto que, como dijo Sartre,  la existencia del ser humano precede a su esencia? ¿Será que empezamos siendo nada? ¿ Hemos sido llamados a la existencia con un propósito? Que esto es así es cosa de fe, pero habría que sondear mucho más el significado de todo esto. 

Entre las instituciones más conservadoras y patriarcalistas está la Iglesia. Toda la jerarquía eclesiástica está constituida por varones. ¿Cómo no habría de reaccionar con pánico ante estas nuevas realidades?

Pienso que el conocimiento científico actual acerca de la naturaleza humana y sus posibilidades en el orden afectivo, sexual y social no guarda proporción con los adelantos de la ciencia natural y la tecnología. Es mucho lo que nos falta por saber… y naturalmente los cambios que generará ese saber son impredecibles.

En el ritual del bautismo se renuncia a la búsqueda del placer. ¿Es esto lógico?, ¿ No es al placer un aspecto esencial de la vida sin el cual esta pierde todo su color? Cristo , por otra parte no fue un asceta; algunos se lo criticaron y él de eso se defendió.

¿Cuál es el lugar del placer en la vida de cada ser humano?¿ Cómo vivir la sexualidad en cada etapa de la vida, en cada circunstancia? 

Entre los cristianos católicos he visto que cuando hay problemas  surgen dos maneras de salirse por la tangente y no hacer nada. Una es el recurso al Espíritu Santo, El se encargará. ..Y otra, echarle las culpas al demonio y no investigar por las causas de los problemas.  Pienso que no es digno de nosotros, los encargados del jardín de Dios, asumir esta  posición cómoda y evadir nuestra responsabilidad como seres pensantes.

Dios nos puso en este mundo para ser sus colaboradores en la obra de la creación. Para hacerlo bien, pidamos la guía del Espíritu Santo, pero sobre todo, pongamos  nuestra  inteligencia y nuestra conciencia al servicio de esa tarea, que en el fondo es la razón de nuestra existencia.  No nos adelantemos a juzgar de temas que aún en gran medida son una incógnita… Confiemos en Dios e imitemos a Jesús que no dio una preceptiva sino que se limitó a predicar y a practicar el amor al prójimo y la misericordia.

 

 

 

 

 

martes, 15 de diciembre de 2020

FUNERALES

 

FUNERALES

Ayer fue el funeral de Richard.

Familia unida, niños cariño por ese joven que se fue prematuramente, aceptación de un final que se avizoraba y, dado el nivel de sufrimiento del que habían sido testigos, se deseaba. Ya era suficiente, ya era hora de decir adiós.

Esa mañana me despertó una llamada de Richard. Era su celular, era su foto pero por él hablaba su madre. Que se había ido, que ya había dejado de sufrir. En el salón de velación unas cuántas personas vestidas de negro la mayor parte, tristes, pero no desesperadas, tristes, pero con el consuelo de saberse juntos y de haber dado compañía, apoyo y cuidados a ese hijo, hermano, tío que yacía ahí, pálido, inmóvil, pacífico… o yacía allí su cuerpo, porque su espíritu, que también estaba allí, ya no estaba atado a ese cuerpo donde el caos había ganado la batalla a su deseo de vivir.

El ataúd estaba abierto. Ofreciendo lo que podía, su imagen, Richard decía adiós. Las chicas acariciaban ese cuerpo por encima de la cubierta trasparente… el contacto a través de unos pocos centímetros, la unión que no termina de romperse, el adiós definitivo.

Rezamos un padrenuestro y nos despedimos también de este muchacho a quien en vida no llegamos a conocer sino por referencias. Un buen hijo. Un buen hermano, un buen hombre.

En este mismo sitio estuvimos hace unos cuantos meses en otro funeral muy distinto. El difunto solo, inmensamente solo. Quienes lo acompañaron en sus días finales aliviados, ausentes, pensando en sus propios asuntos y en peleas no resueltas. Llegaron otros familiares haciendo reclamos, tratando de cumplir con el ritual de despedida de alguien que hacía mucho tiempo se había ido y cuyo cuerpo estaba ahí. El envejecimiento en algunos casos desnuda nuestros defectos, nuestros errores, nuestras debilidades. Solo el amor puede hacer el milagro de mirar lo bueno, de perdonar, de cubrir con un manto de olvido aquello que no estuvo bien. Cuando el amor falta, emergen con crudeza todo aquellos que se quiso ocultar y del difunto solo queda la triste imagen de un hombre derrotado y vencido por sus debilidades.

Y recuerdo también el funeral de un niño que murió porque salió corriendo y se atravesó una avenida. Murió en su ley porque, como dijo su madre, siempre hizo lo que quería hacer. Se pasaron videos del chico jugando, se pudieron los videojuegos que le gustaban, se cubrió el féretro con peluches y juguetes y la atmósfera pretendía recrear un momento cualquiera de la vida del chico, juegos, amiguitos, comida, disfrute de juegos… nadie lloraba, nadie expresó tristeza, era una negación total de la muerte y de la trascendencia de este día, el día final, donde nos enfrentamos con nuestra realidad, con quienes somos, con qué hemos hecho de nuestras vidas. Este niño, y su madre a través de él, quisieron dejar el mensaje de que lo prioritario es hacer, en cada momento, lo que uno quiere hacer, disfrutar, jugar, y , si  se me antoja tirarme a la avenida hacerlo porque de esto se trata la vida, de romper todos los límites, de buscar la emoción de un instante, aunque nos cueste la vida…

Funerales de personas comunes.

Pero, ¿qué ocurre si el fallecido es un personaje importante como el expresidente de la República Francesa Valéry Giscard d'Estaing que hace poco falleció por causa del covid , o, Diego Maradona, el astro del fútbol que falleció como consecuencia de su ya antiguo deterioro?

En ambos casos, a pesar de que la prensa destaca sus logros y los gobiernos les rinden homenajes, finalmente son despedidos como Richard, como la mayoría, en ceremonia íntima, con la presencia de no más de 30 personas: sus familiares y personas más cercanas.

En fin, quedan los interrogantes: ¿quién queremos que estén ahí a la hora de nuestra muerte?, ¿quiénes querrían estar ahí para despedirnos?¿qué se diría de nosotros?, ¿cómo se leería el mensaje de ese último acto de nuestra existencia ?


jueves, 19 de noviembre de 2020

CUMPLEAÑOS

 


Es un día para medir quién es uno para los otros.

La señora L. llega con un sancocho y mil bendiciones. ¿De dónde viene ese sancocho?  Del cielo, es un regalo que me envía Dios.

F. e I. nos comparten dos almojábanas soachunas… más tarde volverán con su familia a acompañarnos en la celebración, compartir una torta de las tres leches y un vino. Es un regalo grande de Dios estar rodeados de personas amables y atentas.

Mucha gente me felicita en Facebook o me envía mensajes amables … Unos son personas cercanas, mis hijos, mis nueras, mis nietos, mis hermanos y sobrinos.  La mayoría viejos y nuevos amigos, personas con las que me he cruzado en la vida y me han dado un lugar pequeño o grande en la suya.

Si he de ser sincera no todos los mensajes son iguales, unos se ve que son palabras enviadas casi por formalismo, lacónicos y escuetos.  En otros se ha invertido mas el corazón… Es un hecho que no todos los mensajes nos impactan por igual. De algunas personas uno espera más; de otras menos… y, muchas veces no hay correspondencia entre lo que uno espera y lo que recibe. De quien espera más recibe menos y de quien espera menos recibe más…

Si un antiguo alumno o colega dice simplemente Feliz cumpleaños, se siente agradable. De esas personas uno no espera grandes manifestaciones de admiración y cariño, en realidad no espera nada y ese gesto es una alegre sorpresa.

Pero si uno recibe esas mismas palabras de alguien a quien uno ha dado más, … uno piensa: aunque se acordó y cumplió, esta persona acaso podría haber dedicado unos minutos más para pensar quién es uno, y hacerle llegar algo que verdaderamente salga del corazón.  Para decir Feliz cumpleaños basta medio segundo.

El agradecimiento. ¡Cuánto bien hace el sentirlo y cuánta falta hace si no se recibe!

La atención, fijarse en el otro, quién es, qué lo hace feliz, qué le hace falta…Hay personas que andan por la vida regalando felicidad con muy poco gasto simplemente porque no se encierran en sus propios asuntos sino que se fijan y están atentas a las necesidad de reconocimiento, cariño y atención de los demás.

Dar, ¡qué difícil! Saber dar lo que el otro quiere o necesita y está en capacidad de recibir.  Dar, pero no lo que a uno le sobra o lo que uno cree que el otro debe querer… Dar sin medir y sin esperar más que una aceptación comprensiva y generosa, ya que estar en la posición de quien da es de por sí ser un privilegiado.

Recibir también puede ser difícil. No es inusual que quien recibe algo se sienta humillado, que vea prepotencia o mala intención en quien da, aunque, de hecho ese sentimiento de humillación proviene solo de la incapacidad de quien recibe para aceptarse a sí mismo, de su baja autoestima.

En síntesis, el cumpleaños es una fecha que marca un alto y obliga a mirarse a sí mismo en los ojos de los demás. Es el día de recibir poco o mucho.  De quien uno quiere y de quien no quiere. De quien lo quiere y de quien no lo quiere tanto. Es, además, una interrupción obligada de la rutina que nos hace conscientes de que ya se gastó un año más y de que cada día que pasa es menos precioso que el que está por venir. Nada ni nadie nos pertenece. Nada ni nadie nos debe nada, todo es inmerecido.  Todo lo bueno y bello que recibimos todos los días es solo una pequeña muestra de lo que nos espera cuando logremos dar ese salto confiado a los brazos de nuestro Dios.

 

 

 

 

 

jueves, 12 de noviembre de 2020

Sísifa y Gaia pasan una temporada en el Jardín de las Hespérides.

 

Desideria quería arreglar su casa. Cultivar su jardín, ordenar sus libros y su taller de artesanías. Que esta casa rústica en ese pueblo perdido de las montañas colombianas, pudiera convertirse en su hogar, su centro de vida feliz. Miyofeliz era la clave del internet de ese sitio, entre otras cosas.

Solo faltaba algo. Que ese sitio fuera un lugar de acogida y el espacio donde pudiera construirse una vida en común con personas que estuvieran decididas a vivir filosóficamente los últimos años de su vida. Era el entorno ideal.

Ya se había hecho lo principal, ya había una casa y su jardín, varias habitaciones, cocina, biblioteca, seis gatos… ¿qué más se podía pedir?

En esta casa, llamada Jardín de las Hespérides,  Desideria podía leer, escribir y seguir en sus grupos de watsapp, tomar fotos, tejer, coser carpeticas, prender velas y poner barritas de incienso en la noches.

Entonces vinieron Sísifa y Gaia. Al principio muy contentas se dedicaron a sus respectivos hobbies.

Sísifa picaba y picaba cáscaras y bandejas para huevos. Regaba y regaba agua en el jardín y sobre todo quería estar caminando y haciendo ejercicio a toda hora.  ¿Para qué?, ¿Cuál era su meta?

¿Qué quería lograr? Su activismo era ante todo un misterio, o así lo veía Desideria.

Gaia se enfocaba en ordenar todo. Tenía muy buenas ideas y pronto la casa estuvo perfectamente funcional y agradablemente ordenada. También organizó el jardín eliminando palos y cosas fuera de lugar. Delimitó los sitios de siembra de plantas de jardín y combatió las hormigas. Su tiempo también estaba organizado y lo planificaba de modo que alcanzara a asistir a sus clases de bandola. Gaia parecía haber llegado a su meta interior, de llevar una vida sencilla y sin complicaciones.

Sísifa quería arrastrar en su activismo a Gaia y a Desideria. Gaia siempre la seguía y la tenía por modelo, ya que ella se consideraba algo perezosa. Pero Desideria estaba en el polo opuesto. Tanto picar cascaras y residuos ensuciaba el piso y no ayudaba a reducir el uso de plásticos, que era uno de sus principios ecológicos. Estas dos extranjeras parecían creer que ellas sí sabían lo que había que hacer o cómo había que vivir. Desideria sabía que no sabía, y en esto estaba tan adelantada a ellas como Sócrates a los sofistas.

Las cosas podrían haber evolucionado favorablemente al propósito de crear una pequeña comunidad, a la manera de los monjes medievales, si se hubieran  explicitado y puesto en común, por medio de un diálogo, un ideal  y algunas metas que respondieran a la pregunta:  ¿Qué queremos y qué estamos haciendo aquí?

De acuerdo con esas metas e ideales se hubiera debido escribir la correspondiente regla del “monasterio” establecer los votos y postular su máxima que tal vez no sería “Ora y labora” , pero sí “Sé amable, se claro y explícito, no des nada por sentado y , sobre todo, no te armes películas”.

 

 

jueves, 18 de junio de 2020

HOLA MI QUERIDO BLOG ( Desde el confinamiento)



Queridísimo blog, perdóname, te tenía olvidado. Culpa del watsap, del tuiter y de los podcasts a los que me he aficionado.  
Es que el ambiente está cada día más histérico a nivel local por la pelea entre uribistas y gente de izquierda. ¡Qué tristeza!, parece que la paz nos quedó grande. Y, sobre el globo, pesa la amenaza del cambio climático, de la contaminación por residuos plásticos, de las migraciones, de los virus desatados. Los líderes mundiales no dan la talla. En fin, ¡sálvese quien pueda!
Me da la impresión de que los niños y jóvenes se sumergen en mundos virtuales. Y es que ante una realidad inmanejable, los juegos de video al menos proponen metas claras.
Y los viejos, nosotros los que ya hicimos lo que pudimos y alcanzamos lo que alcanzamos, vemos descorazonados que ya estamos de más. Arrinconados, confinados ante el cataclismo general debemos reconocer que la tarea quedó incompleta y que no se avizora una salida clara de este berenjenal en que resultamos metidos.
¿Qué hacer?  
Hay que comenzar por reconocer que solos, no podemos. No sabemos cuales serán las vicisitudes del camino pero sí que hay una gran promesa, Jesús salva.  Él nos lleva a nuestra casa del cielo… y a la construcción del Reino de Dios en esta Tierra. Pienso que no queda más remedio sino abandonarnos en sus manos y dejar testimonio de que Él es la razón de nuestra esperanza.
No faltarán santos que con su ejemplo guíen la labor de científicos y líderes de sociedad. El Espíritu Santo seguirá acompañando el camino de esta humanidad siempre y cuando los sucesores de ese pequeño grupo que fue enviado a llevar el mensaje del Evangelio hasta los confines de la Tierra sigamos dispuestos.
El reto es vivir con alegría y agradecimiento cada día. No abandonar la búsqueda de la verdad, llevar una vida sencilla, sembrar paz e iluminar con pequeños actos de gentileza y generosidad el camino de todos los que nos rodean…


jueves, 18 de julio de 2019

PANDI



Voy a comentar mi experiencia con la población de Pandi.
Para aquellos que no lo conocen, Pandi es un pequeño pueblo en la región del Sumapaz, departamento de Cundinamarca, Colombia a unas tres horas de Bogotá. Digo pequeño porque no tiene más de unos 5000 habitantes permanentes, por lo que en ella no encontraremos un Hospital ni una plaza de mercado grande como las hay en otros pueblos de Colombia. Sin embargo el pueblo cuenta con muchas bellezas naturales y un clima ideal ya que está situado a 1000 m sobre el nivel del mar. Los paisajes de montaña son muy bellos y hay abundancia de vegetación.
Es un sitio ideal para el ecoturismo en especial para la observación de aves y mariposas
El pueblo está dispuesto alrededor de una plaza central sobre la que se destacan la iglesia o Santuario del Señor de la Salud de Pandi, el balneario Costa Azul , un hotel, los despachos de buses, un supermercado, un banco y el edificio de la alcaldía.
La plaza o parque central es grande y está adornado con samanes, acacios y tulipanes.. También se encuentra una tarima para eventos.
Entre los atractivos turísticos de Pandi está el puente natural de Icononzo, a unos 20 km del pueblo, es un lugar donde las montañas se rompen para dar paso al río Sumapaz. Muy bonito, además cerca está la piscina azufrada, sitio también muy interesante donde se puede disfrutar de estas aguas muy saludables en un paisaje increíble al pie del rio.
Cerca Pandi se encuentra el mirador de La Chapa, donde se puede practicar el montañismo y los deportes extremos como parapente.
También encontramos unas piedras con pictogramas indígenas en un sitio denominado El Helechal.
La ida a la cascada de La Chorrera cerca al vecino municipio de Venecia, es algo de no perderse.
Por último, en Pandi encontramos un centro de recreación llamado Guanahaní, del Programa Cultural y Recreativo de la Universidad Nacional de Colombia, donde hay una piscina, restaurante y alojamientos. Allí se atienden muchos eventos culturales y recreativos.
En esta población se celebran muchas festividades, la Fiesta del señor de la Salud, las Ferias y fiestas de enero cuando hay la cosecha de mangos, festivales folclóricos…
También  encontramos en las inmediaciones de Pandi muchos caminos llamados “reales”, que son senderos empedrados muy bonitos y alejados de la carretera principal.  
Los pandinenses son gente buena y amable y la naturaleza, como ya dijimos,  es muy generosa: hay mangos, bananos , mandarinas, aguacates…y también se consiguen productos de las veredas altas como verduras, uchuvas, etc.
Realmente es un sitio que vale la pena visitar.



miércoles, 15 de noviembre de 2017

Todavía viendo a ver qué pasa.


Hoy es vísperas de mi cumpleaños. Estos días he estado decaída, con gripa. Desde hace algunos meses siento que no tengo los mismos ánimos, que entre más hago gimnasia y tomo vitaminas y todo lo que manda el médico más me siento insegura, falta de fuerza y vitalidad. Siento que estoy envejeciendo.
Y no es solo el decaimiento físico sino que cada vez encuentro más difícil encontrar personas con quien compartir mis inquietudes espirituales. Claro que eso no es de ahora realmente, siempre he sido una persona rara… ya me he resignado a ello y la  verdad es que cada vez me importa menos.
Aunque he tratado de no hacer daño, de ser solidaria, compasiva y actuar de acuerdo con principios de justicia y equidad nunca me propuse trabajar por grandes causas. Confieso que he participado del sistema y siendo un engranaje de una estructura social consumista, depredadora de la naturaleza, egoísta, materialista, incoherente… A esta edad no puedo lavarme las manos y zafarme de la responsabilidad que me incumbe de tantos desastres mundiales. Lo más cómodo siempre ha sido no hacer nada. Pero es que nunca he sabido bien qué hacer.
Llego a la edad de 67 años con muchas cosas irresueltas. Nunca fui de esas personas que parecen tener grandes seguridades sobre lo divino y lo humano. Siempre mantuve grandes interrogantes acerca de todo y cada vez encuentro más y más cosas para estar perpleja.
No soy obediente a los mandatos de la Iglesia pero quiero estar ahí…creo en el Dios que se nos revela en Jesús, creo en cargar la cruz.
Voy para adelante con proyectos que surgieron por circunstancias ajenas a mi voluntad, un poco por llevar la idea a otros, un poco por responder a la pregunta ¿por qué no?  Y es que, ya pensionada y  una vez resueltas las necesidades básicas, persiste la necesidad de “hacer algo”.
Realmente mi único proyecto significativo es seguir empujando la barca y viendo a ver qué pasa. Esa ha sido mi actitud principal ante la vida, de espectadora de ojos interrogadores a la realidad, de testigo de cosas buenas y malas. Y concluyo que mi  mejor opción es estar por ahí haciendo lo mejor que pueda cosas pequeñas por los demás y sobre todo inspirando paz y esperanza a los jóvenes que andan tan ansiosos por el futuro.
¿Cuáles son mis inquietudes espirituales? Creo que en realidad todo mi interés se centra en saber cómo prepararme para la muerte. Quisiera llegar a ese momento con plena lucidez y tranquilidad y dar el salto confiada en que allá me espera un Dios benevolente y misericordioso que sabrá perdonar tantas y tantas acciones y omisiones en contravía de sus propósitos para este mundo.